Presencias delineadas
Visitar una exhibición artística entre semana proviene por deseo propio, porque espontáneamente pasabas por ahí o porque te lo pidieron. En esta ocasión fue por gusto personal y además por el requerimiento de mi clase de crítica autoral, así que cierto miércoles del mes de septiembre me dirigí al Ex Convento del Carmen a mirar que nueva o nuevas exposiciones habitan las salas del lugar.
De bienvenida se leen los nombres de distintos artistas que exhiben sus obras en el recinto: Pintura, de Wolfgang Scholz: La deconstrucción del mundo real; Dibujo y pintura, de Omar Nava: Identidad no global; Pintura, de Peter Marín: 1001 noches: 20 years of painting; Pintura de Perenzalez: Quimeras vanas y Pintura y dibujo con carboncillo, de Gustavo Bustos: Dakinis.
Después de observar con detenimiento cada cuadro llegué a la sala dedicada a Gustavo Bustos y su muestra Dakinis*.
Lo primero que atrajo mi atención fue la presencia del cuerpo humano, en este caso el predominio femenino. Cada obra está realizada con la técnica de carboncillo con excepción de dos óleos: No humano y Orgasm. La obra tiene sencillos fondos y forma, se nota el color gris en diferentes tonalidades y se ven óvalos que dan la sensación de movimientos, de giros dentro del papel. Los cuadros son de gran formato y van desde los verticales a los horizontales.
Predomina el hiperrealismo ya que a simple vista parecen ser fotografías pero al momento de mirarlas con detenimiento noté la calidad del dibujo y a mi parecer con un excelente manejo de la anatomía humana pues los cuerpos se presentan en distintas posiciones teniendo en común la ausencia de rostros presentados en sombras, cortados o que no miran al espectador.
La obra que contemplé por más tiempo debido a la impresión que me causó la fidelidad del dibujo y la manera en como colocó a las protagonistas a quienes se les ve “escondidas” tras su cabello, como si ellas estuvieran tramando algo o como si al verlas muy de cerca fueran a voltear hacia a ti de un momento a otro, esta obra en particular me pareció interesante y la mejor de la exposición.
Me ocurrió lo contrario con su obra “Tapatía”, la ejecución es implacable y el fondo es similar a la anterior pero aun así no me agradó que la modelo se presenta como en piezas cortadas en su cabeza y aunque, lo más probable es que la intención del mensaje este allí, sentí que faltaba algo importante: me asaltó la duda de cómo sería la expresión de su mirada en conjunto al desnudo de su torso. Este dibujo fue el que menos me gustó pero no significa que me pareció el peor o el más horrible, simplemente me pareció inacabado.
Tapatía, Gustavo Bustos, Exhibición Dakinis, 2011
Considero que Gustavo Bustos tiene una técnica muy buena y un talento notable, todas las imágenes expuestas denotan algún misterio, como presencias delineadas a las que considero lo atractivo de su propuesta y lo mejor de todo es que te deja pensar al respecto, aún sin un título que te lo diga, su nombre ya me será familiar. ¿Cuándo será la siguiente galería?
Las piezas estarán hasta el 5 de octubre en el Exconvento del Carmen. La entrada es gratuita. Te lo recomiendo.
Mónica Moreno Cano
Corrección y edición:
Norma Mendoza
*Dakini: Puede entenderse como una diosa o deidad femenina. En el idioma Tibetano significa “aquella que atraviesa el cielo” o “la que se mueve en el espacio”; también se refiere a una "bailarina del cielo" o "caminante del cielo". Iconográficamente, sus cuerpos son representados con posturas sinuosas y danzantes. Las Dakinis son considerardas Diosas de temperamento agresivo o volátil, actuando algunas veces como musas y otras como maestras. (tomado de Wikipedia Enciclopedia Libre)